samedi 19 février 2011

Tomando el sol



Tomaba el sol en una terraza de la calle. Estaba acabando la primavera y, quien quiera que fuera el dios del tiempo, había decidido por fin que ya estaba bien de humedecernos. Como digo, hacía un tiempo esplendoroso, pero yo no estaba para bromas. Ella me había echado de casa. Así, sin mas. Bueno, la verdad es que venía amenazándome con tomar tan desagradable decisión desde tiempo inmemorial… pero oigan… yo siempre me lo tomé como una reprimenda más. Y, reprimendas, las hubo. Merecidas, lo admito. Como ella me decía: ¡lo haces todo al revés!, ¡eres un inútil!, ¡no das una a derechas! Vale, lo admito, soy un patoso, pero siempre iba con mi mejor intención.


Es cierto que un día le tiré la cafetera llena sobre el parqué del salón, pero fue sin querer. De verdad. Y comprendo que se enfadara, claro. Además, le agradezco que me corrigiera, porque sino, uno no aprende… pero ¡rayos! Tampoco tenía por qué pegarme la media mojadilla que me soltó a la remanguillé. Pero, en fin, todo sea por la paz del hogar.


Otro día –carallo, estaba hambriento- me comí los cien gramos de jamón de Westfalia que ella había puesto en la mesa de la cocina, quién sabe con que intención. Los gritos se oyeron hasta en Badajoz. ¿¿Es que no puedes reprimirte, imbécil??, etc, etc.. y la eterna canción, “lo haces todo mal, etc, etc”


Pero la quiero. Sé que todo es por mi bien, si uno es un inútil, hay que enseñarle, corregirle… Ella, todo lo hacía porque me amaba, para hacer de mí un ser correcto, comme il faut, lo sé. Hasta hoy, que me ha puesto de patas en la calle. Y lo terrible es que no sé todavía la razón. Pienso, pienso, y me pierdo dando vueltas y vueltas a la mollera…


Pero bueno, hace sol, y en la radio del Bar suena “Les adieux” de Beethoven. Estos vieneses, ya se sabe, siempre tan clásicos. Levanto la vista. En la mesa de al lado, una moza me mira con ojos cariñosos. La miro, me vuelvo hacia ella, con tan mala fortuna que tiro la taza de café que tenía a su lado. Decididamente, lo hago todo mal. Espero su reprimenda, pero en vez de eso, me sonríe. ¡Dios! ¿Qué es esto? ¿cómo es posible? Sus intenciones, sin duda no son buenas… además… intenta acariciarme. ¡No!, una persona que no me corrige no puede ser buena… en un movimiento rápido, como mi dueña me había echado de casa sin ponerme el bozal, le tiro una dentellada a esa mano atrevida….



Y aquí estoy, en la perrera municipal. Espero que ella venga a rescatarme. La esperanza es lo último que se pierde.


Joes Dassin. On s’est aimé comme on se quitte.

Les matins se suivent et se ressemblent
Quand l'amour fait place au quotidien
On était pas fait pour vivre ensemble
Ça n'suffit pas toujours de s'aimer bien

C'est drôle hier on s'ennuyait
Et c'est à peine si l'on trouvait
Les mots pour se parler du mauvais temps
Et maintenant qu'il faut partir
On a cent milles choses à dire
Qui tiennent trop à coeur pour si peu de temps

On s'est aimé comme on se quitte
Tout simplement sans penser à demain
A demain qui vient toujours un peu trop vite
Aux adieux qui quelques fois se passent un peu trop bien

On fait c'qu'il faut on tien nos rôles
On se regarde on rit on craint un peu
On a toujours oublié quelques choses
C'est pas facile de se dire adieu

Et l'on sait trop bien que tôt ou tard
Demain peut-être ou même ce soir
On va se dire que tout n'est pas perdu
De ce roman inachevé
On va se faire un conte de fée
Mais on a passé l'âge on n'y croirait plus

On s'est aimé comme on se quitte
Tout simplement sans penser à demain
A demain qui vient toujours un peu trop vite
Aux adieux qui quelques fois se passent un peu trop bien

Roméo Juliette et tous les autres
Au fond de vos bouquins dormer en paix
Une simple histoire comme la nôtre
Est le seul qu'on écrira jamais
Allons petite il faut partir
Laisser ici nos souvenirs
On va descendre ensemble si tu veux
Et quand elle va nous voir passer
La patronne du café
Elle va encore nous dire salut les amoureux

On s'est aimé comme on se quitte
Tout simplement sans penser à demain
A demain qui vient toujours un peu trop vite
Aux adieux qui quelques fois se passent un peu trop bien

samedi 5 février 2011

Teléfonos móviles, vinos tintos e indios navajo



Ya se que parece una mezcla un tanto inusual, queridos amigos, pero, por todos los truenos de Brest, como decía el Capitán Haddock, os prometo que puedo explicarlo todo (es que uno ha tenido que explicar muchas cosas en la vida -sí querida, ángel mío, no te enfades, etc, etc, puedo explicarlo todo, etc, etc- y se me ha quedado la costumbre). El hecho es que estoy batallando como un loco desesperado con mi nuevo teléfono móvil (Celular, zapatófono, telefonino, "G" -como los llaman en Bélgica- o como queráis llamarlo). Resulta que tiene un invento que da en llamarse "T9" y que consiste en que te corrige lo que escribes en los SMS sin darte opción a ninguna alternativa. Anteayer estaba viendo los acontecimientos de El Cairo en directo por la cadena de TV "Al Jazeera" cuando se me ocurrió mandarle un SMS a un amiguete diciéndole "Estoy viendo lo de Egipto en Al Jazeera". Pero el infernal engendro decidió que eso de Al Jazeera no es tolerable y me lo cambió por "la era del Jazz". Rayos, como yo estaba trabajando a la vez con el móvil y viendo la tele, el mensaje salió tal cual. Ya os imagináis la perplejidad de mi amigo: "¿Y qué pasó en Egipto en la era del Jazz?" cantó el SMS de respuesta.

Bueno, pues todavía no he conseguido borrarle lo del T9. Pero, en fin, pasemos a lo de los vinos tintos, que si no, me encorajino. He pensado (a veces pasa, no os vayáis a creer que mis dendritas están siempre en estado catatónico) que os voy a hablar de los vinos que he descubierto en estos últimos tiempos. Sobre todo, vinos inesperados, vinos sorpresa, que me han sacudido las papilas cuando no me lo esperaba. Todos los que os pongo aquí son vinos recios, largos, con grado, como a mí me gustan. Empiezo por el último que me ha sorprendido. L.A.Cetto, de Baja California. Fabuloso y con el mérito de haber llegado hasta Bruselas con toda su fuerza y sin marearse. Lo vi en un supermercado (no digo cual, que me los quitáis). Lo probé y volví al dia siguiente a llevarme las cuatro botellas que les quedaban. Me han prometido que van a traer más:




Sigo con mi gran descubrimento del verano de 2009: el tinto de las Alpujarras de Granada. Andaba yo por Almuñécar cuando yendo hacia Pampaneira paré en Orgiva y compré una botella de esta maravilla: García de Verdevique. La historia fue la misma: al día siguiente, cogí el coche y me fui a Orgiva a comprar todas las botellas que tenían:





El Guerrouane dominio Sahari lo descubrí en Rabat en 2008. Otro gran vino tinto, esta vez de Marruecos. Casualmente al año siguiente lo encontré en un supermercado de Bruselas. Pero ¡ojito, ojito! a no dejarse liar, porque tambien tienen Merlot en el mismo tipo de botella y no tiene nada que ver, es una filfa. Para Merlot, prefiero el chileno.





De los dos que siguen ya he hablado en entradas anteriores del blog, pero, oye, pongo las fotos otra vez, porque total no cuesta nada y así no tenéis, queridos colegas y amiguetes, que ir a buscar los post donde los puse. El Don Paacual Tannat roble de Janicó, uruguayo, y el Malbec de Mendoza argentino:








Me quedan otras cosas por ahí pendientes, pero ¡sapristi! no tengo fotos a mano, como el Vranach montenegrino o el Yakut turco. Pero, puedo prometer y prometo que haré una nueva entrada cuando tenga fotos.

¡Ah! y si vuestro agudo sentido de la observación os ha llevado a discernir que en la foto de cabecera hay unas botellas de tinto croata y georgiano, os diré: ¡bravo, colegas! es totalmente cierto, pero no las he abierto y casi, casi, creo que no las voy a abrir. Tienen mucha historia detrás. Tal vez algún día os la cuente.

Y ahora viene a cuento la historia de los navajos. Me llegó por Internet en inglés. La traducción no ha sido fácil, pero creo que he respetado el sentido original del cuento. La foto venía en el correo electrónico, así que supongo que no tendrá copyright:



"Sally volvía de hacer la compra por una carretera secundaria del sur. Le quedaba bastante trayecto para llegar a casa, cuando vió una mujer india caminando por el arcén. Se detuvo, pensando que no le iba a hacer mal un poco de compañía y le dijo a la india con señas que subiera. La mujer asintió con un gesto y se acomodó en el asiento al lado del conductor.

Todos los intentos de Sally por empezar una conversación fueron inútiles. La india miraba por la ventanilla sin pronunciar palabra. En esto, la mujer se fijó en una botella de vino tinto que Sally había comprado para su marido. La india preguntó: ¿Qué ser esto?. Sally, quiso aclarar que no era para ella, y le dijo: Vino tinto, es por mi marido...

La india siguió en silencio un par de minutos y luego dijo: Bien hecho, buen cambio."

Hasta la próxima. Un abrazote.