mercredi 30 septembre 2015

Toledo. Mazapanes, arlequines y un libro de historia para escépticos


NOTA: La historia de esta entrada del blog es un poco especial. Un servidor lo había publicado en Septiembre, pero, de repente, ha desaparecido sin que yo sepa muy bien por qué. Tal vez haya sido una manipulación errónea, pero el hecho es que he debido ir a rescatarlo a "paperblog".  Thank you, paperblog


Queridos amigos, buenas gentes, pasantes ocasionales, etc. Como habréis comprobado, he estado ausente unos días de este, vuestro blog. Ya sé, ya sé, vaya pretencioso este Sorokin, que supone que consideráis el blog de los aburridos como vuestro. Pues bien, aunque no lo consieréis vuestro, podéis leerlo. Uno es así de campechano.  Vale. Os contaré que he estado en Toledo. Sí, amigotes, mezclándome con las masas de turistas atraídos por el aroma mágico de la imperial Toledo. Bueno, y si no es mágico, es, al menos, animado:





Naturalmente, he hecho las visitas de rigor, no faltaría más, como ir a la puerta de bisagra:




Y otros sitios de visita obligada. El ambiente es bueno, hasta los santos bailan como locos, como se puede ver en estas esculturas de la catedral. Solo falta la música para verlos moverse:



Hasta los mendigos sonríen felices, como este hombre, que, sin domicilio fijo, tiene que descansar su abrumada y desagradable cabeza en un buzón de Correos:





Pero, en Toledo, aparte de todas estas cosas, lo que hay que hacer es comprar mazapán. El mazapán de Toledo es la cima de todos los mazapanes que en el mundo existen. En la Europa del norte, el mazapán se hace, como todos los mazapanes, con pasta de almendras. El más famosos es el de Lübeck, mazapán rebozado de chocolate:



(La foto no es mía, que la he sacado de un panfleto publicitario, que conste, que luego se pone el personal como hidras). En otros sitios, como en Bélgica, se hacen graciosas figuritas de mazapán, como la que aquí aparece:




Pero , en Toledo, ¡ay!, en Toledo el mazapán es otra cosa. Un arte, una experiencia única. Para empezar, está horneado, cosa que no se hace ni con los cerditos belgas ni con los chocolates de Lübeck. Pero claro, me diréis ¡Oh amigotes!, ¿Cuál es el mejor de Toledo? Pues hete aquí, que os voy a decir cual es el que le gusta más a vuestro bloguero (y probé varios en el Zocodover): el de Los Toledanos:




Oye, que yo no digo que haya otros, pero de los del Zocodover, es el que más me gustó. Además, son muy amables. Aquí podéis ver el interior de la tienda mientras la simpática dependienta atiende a dos turistas. Les he pixelado las caras a las turistas, no vaya a ser que sus novios, maridos, amantes o lo que sea, se alarmen pensando que estaban comprando mazapán con el impresentable Sorokin:





Los mazapanes de Los Toledanos vienen embalados uno a uno, lo cual, oye, pues los conserva más tiempo:



Hay diferentes tipos y diferentes figuritas (no hay ninguna con forma de cerdita). Pero díganme, mis amigotes: ¿A qué les recuerdan estas dos figuras puestas una frente a la otra?





No en vano Toledo era la capital de las tres culturas, como la proclamó Alfonso VI.


Y bien, amigos, ese día de asueto y descubrimientos en la imperial ciudad, llegó a su fin, mientras voluminosos cumulonimbos asomaban sus bucles en el horizonte, así que vuestro seguro servidor se volvió a Madrid, que es donde aposentaba sus cansadas posaderas.




Y... diréis, ¿Y los arlequines?. Vale, os lo cuento. Es una preciosa canción de Dalida (que también cantaron Luis Mariano y "les compagnons de la chanson"): l'arlequin de Tolède:





No sé si os acordaréis de Dalida. Era una bomba tunecino-francesa. Una tía de rompe y rasga, que acabó suicidándose por un amor frustrado. Una pérdida brutal.
Luis Mariano, un genio ignorado en España, también la cantó. 
Luis Mariano era vasco, de Irún, pero triunfó en Francia. Por supuesto, aquí no era bien visto por el régimen: vasco, republicano, homosexual, qué puede haber de más grave para los meapilas.


Para terminar este horrible rollazo, os hablaré de un  libro que me acabo de comprar y que me ha gustado:










Me ha hecho reír, reflexionar, pensar... en un estilo desenfadado, gracioso incluso, pero contando hechos históricos ciertos. No os lo perdáis. Es cierto que es desigual en algunos momentos, que tiene algunas conclusiones discutibles, pero vale la pena.
Os dejo un par de perlas:


Sobre el viaje de Felipe IV a Andalucía en 1624:


“El duque de Medina Sidonia arregló caminos, demolió casas ruinosas, adecentó estancias, blanqueó fachadas, desbrozó jardines y proveyó todo lo necesario para que no faltara de nada al ejército de gorrones que se le venía encima” 

Sobre el apoyo de Pio IX a Isabel II:


“El Papa, años antes se había resistido a bautizar a Alfonso XII por ser hijo adulterino, pero echando pelillos a la mar  y comprendiendo que si la monarquía caía, la iglesia perdía su secular aliado, no vaciló en apoyar a Isabel (…)Santo padre, es una puttana, objetó un cardenal de la curia. A lo que Pio IX replicó. Puttana, ma pia. (puta, pero piadosa)”


Venga, besotes