samedi 23 janvier 2016

Kandinsky. Una exposición en Madrid



Un servidor de todos ustedes vosotros, queridos amigotes, estuvo en Madrid unos pocos días en Enero, justo para ver qué le traían los Reyes Magos. Sí, esos Reyes que no le han gustado nada a toda la carcundia madrileña, porque parece que los trajes que llevaban eran impropios de sus majestades de Oriente. Pues no sé, habría que hacer una investigación arqueológica para ver cómo se vestían hace un chingo de años los reyes por allá por el creciente fértil (ruéogoles tomen nota del detalle del "creciente fértil"). Pero, en fin, ese no es el tema del que os quiero hablar hoy. Hoy os voy a contar que estuve en la exposición de Kandinsky organizada por ese mismo Ayuntamiento, tan criticado por los trajes de sus majestades:



La exposición, está instalada en  los mismos locales del Ayuntamiento, en Cibeles. La exposición, es magnífica y muy completa. De hecho, incluye prácticamente todas las obras de Kandinsky que tiene el centro Pompidou en París. Está muy bien organizada, cronológicamente, respetando todas las etapas de la creación artística del maestro. No es barata, cuesta once euros, pero tienes derecho a una casette con auriculares que te va contando todo lo que ves.

Un servidor, naturalmente, llevaba su cámara de fotos en ristre. Naturalmente, y como más sabe el diablo por viejo que por diablo, me cuidé de no hacer fotos a la vista de los vigilantes de sala. Pero ¡hete aquí!, que un particular, un tío con pinta de mindundi me llamó la atención "oiga, que no se pueden hacer fotos". Naturalmente le mandé delicadamente al guano: "¿y a usted qué le importa?". Pero, bueno, no pensaba yo que hubiera llegado a España esa fiebre delatora tan normal en geografías del norte (el otro día, en Bruselas le hice un rasguño con el coche a otro vehículo aparcado. Comprobé que no era nada, pero por la noche me llamó la poli: que me había denunciado un testigo. Tomen nota, mis amigos).

Pero bueno, volvamos a Kandinsky. En las primeras salas, están sus primeras pinturas. Se había mudado de su Rusia natal a Alemania y, entre sus cuadros más destacados están los que hizo en un viaje a Túnez, como se ve, totalmente naturalistas:




Nuestro amigo (yo lo considero amigo), había participado en varios grupos, como "Phalanx" y "Der Blaue Reiter". Eran los años del expresionismo en Munich. Kandinsky se había echado una novia alemana y vivió con ella en Baviera, en compañía de otros pintores del grupo, aunque viajaba frecuentemente a París. De esa época es su "improvisación III", donde aunque abstracto, todavía pueden vislumbrarse formas de dos jinetes:




En 1914, estalla la guerra europea y Kandinsky vuelve a Rusia. Se separa de su chica alemana y se casa con una rusa, que, esa sí, ya le va a durar hasta el final. En esa época, pinta de forma tradicional escenas, de gran sabor ruso y totalmente naturalistas de su dacha, de la ciudad donde vivía, del paisaje:



En 1917, otra sacudida en su vida: Los revolucionarios le quitan su dacha, pero a cambio lo nombraron director de la organización de artes visuales, donde estuvo, lógicamente en contacto con todos los movimientos artísticos asociados a la revolución. En un principio, intentó llevar el agua a su molino, resistiéndose al constructivismo socialista, como el de Pevsner, pero a la larga, resultó afectado.  Kandinsky, tardaba en asimilar las tendencias, pero las acababa incorporando a su pintura.

Como ya estaba harto de discutir con los dogmáticos moscovitas, Kandinsky aprovecha una oferta que le hace Walter Gröpius, el fundador de la Bauhaus y se muda a Alemania una vez más. Va a trabajar como profesor de pintura y arte en Dessau. De esa época son sus obras más conocidas, donde ya es abiertamente abstracto, aunque aun se pueden ver figuras como esos barcos que aparecen a la izquierda de su "trama negra":




En una sala de la exposición, totalmente solo (lo merece) está su "amarillo, rojo y azul", posiblemente su obra más conocida:



Y bien, me pregunto ¿qué he hecho de mal haciendo esta foto a escondidas, con la cámara disimulada bajo mi abrigo si luego vas a la tienda y compras la postal que un servidor ha escaneado?:


Decidme, Oh amigos, si he traicionado la forma, el color... ¿qué? ¿no es más veraz incluso mi foto que la postal, manifiestamente chillona? Tuve una discusión con un comentarista amigo a propósito de la expo de Chagall, donde también hice fotos de matute. Ella (era una amiga, que todo lo tengo que contar, rayos) me refería a este enlace (hala, pinchad). Podéis ver la respuesta si pincháis en mi entrada sobre Chagall.

Bueno, pero sigo. En 1933, los nazis cierran la Bauhaus (ya se sabe que eso de la cultura no les gustaba mucho) y Kandinsky, con su Nina Kandinskaya se va a París. No es que le fuera mal, además conoció a todos los artistas de entreguerras. Ya me diréis si este cuadro de esa época no os suena a Miró:




No tengo muy claro, ni está muy detallado cómo se arregló durante la ocupación alemana, pero el hecho es que se murió (de muerte natural) en París, en 1944.

Como anécdota os contaré que en una sala se proyectaba un diaporama sobre su vida y milagros. Al llegar a a su vida en la Bauhaus, proyectaron fotos de su casa, como esta:



En una de las fotos, salía su salón, notoriamente escueto (lástima, no he encontrado la foto en ningún lado). A mi lado se sentaba una mamá con una niña, que exclamó: ¡Mamá, no tenía tele! Bueno, me reí bastante, pero en el fondo, no sé...

Naturalmente, al salir de la expo, todos nos precipitamos como posesos a la tienda, y yo el primero, como decía Fernando VII:




Pero, si vais a la exposición (os lo recomiendo) no dejéis de pasear por el Ayuntamiento, que ahora está abierto para todo el mundo:




La cafetería de la planta baja, también tiene buen aspecto, pero, ¡ay! estaba llena a reventar:





En fin, amigos, creo que ya estuvo suave. me voy a cenar. Besotes

mardi 12 janvier 2016

Un Sábado en Córdoba


Una reunión de amigos blogueros siempre es motivo de alegría y esparcimiento a la par que de grande satisfacción y relajo del espíritu. Gentes que están en contacto todo el año a través de los blogs, de los comentarios, del Facebook, en resumen, de las cosas esas que llaman redes sociales, se ven cara a cara, se hablan y constatan que su colegui bloguero no es un mero conjunto de megabytes ni un reflejo en la pantalla del ordenata.

Es, pues, con ese fin u objetivo, que tres de los mejores blogueros/as de la superficie del planeta Tierra, nos dimos cita en Córdoba, la bella, la sultana y tal (estoy desatado, debe ser la gripe) el 26 de Diciembre del año pasado. Madame Delikat, de Delikat Essences, Claudia Hernández, de la Bitácora culinaria y un servidor, el rey de los aburridos. Cierto que faltaron otros cuya presencia hubiera sido altamente apreciada, pero no todo el mundo puede estar disponible en fechas tan señaladas y llenas de compromisos familiares. Pero os echamos de menos, Viena y Oteador.

Madame Delikat, como sevillana, medio cordobesa, es la que eligió el lugar de la reunión. Ni más ni menos que Casa Pepe de la judería:




Uno que es medio guiri, medio paleto, no conocía Casa Pepe. Tremendo hueco que fué subsanado ese día. Nosotros fuimos de mesa y mantel, pero el restaurante es tambien muy conocido por sus tapas. Y como, muestra, Delikat nos propuso unas berenjenas con miel:



Increíbles, fabulosas. De peder el "sentío" y una mazamorra que es esa especie de salmorejo sin tomate. Es un platillo altamente comunitario, porque todos teníamos que ir metiendo la cuchara por turno. Mucho me plujo y creo que a los demás, también.



Otro platillo a compartir son las vieiras, francamente muy buenas:


Hubo un plato de carne, un bacalao y una merluza. Todo francamente bien. Sobre todo porque, oye, el bacalao ya sabemos todos que se conserva por largos periodos, pero la merluza tiene que venir, sea navegando por el Guadalquivir (a contacorriente, válame Dios) sea en camión desde la costa,

Y el detalle chusco y sorprendente, ¡oh amiguetes! es que a la hora del postre, el amable sirviente nos preguntó de donde éramos cada uno de los comensales. Bien, pensé, qué amable, quiere darnos palique regio-nacionalista. Pero pues, ¡tate!, cada uno recibió su plato con su origen grabado en dulce.

Convendréis conmigo, que un plato donde consta que un comensal es de Albacete:


Es menos molón que uno como el de Claudia:



Pero bueno, el hecho es que lo pasamos ("la" pasamos dirían en México) muy bien. Parloteamos, platicamos, criticamos todo lo criticable, reímos todo lo reíble y nos pusimos tifos a comer y a beber. Por cierto, Delikat seleccionó un vino estraordinario: una garnacha de  Rioja, "la Montesa", que desde entonces busco desesperadamente sin éxito por ahora.



Tras la cena fuimos dando una vuelta por Córdoba para tomar la última. Córdoba, por la noche, tiene interesantes sorpresas, como la de este regador nocturno, que para no abandonar a su chica, se la lleva puesta:




Esta imagen ligera y simpática, tiene su contrapartida en los que vimos al día siguiente por la calle:




Serios y endomingados caballeros desfilando por la calle. Pero, en fin, al día siguiente, tras un paseo por las calles cordobesas:




Un servidor y su compañía fueron a buscar su equipaje al Hotel Maimónides, donde habían descansado nuestros satisfechos estómagos. El hotel no está mal, un poco viejuno si se quiere y poco aislado de ruidos callejeros, pero bien:




Y nos volvimos a Manilva, que es donde vuetro seguro servidor estaba pasando las vacaciones.

Como prueba de que en Córdoba no todo es música andaluza, os dejo este video de una chica violinista, que vimos el domingo por la mañana:





Por el momento, nada más, amigotes. Aprovecho para desearos a todos ustedes/vosotros un feliz 2016 y esperemos que nos traiga mejores noticias que la movidas que ha organizado 2015.

Besotes a todos